viernes, 3 de abril de 2009

Despojando emociones

Permiso



Te propongo habitar

en una de las parcelas

de tu corazón,

no por meses, ni por años,

tan sólo por escasos días,

( si quieres, horas).

Puedes alquilarme una o dos,

no sé en cuánto espacio

cabrán las caricias

que urgen de ti.



Tan sólo permite habitar en

una que yace

agrietada de la vida

y que urge de mi.



Tan sólo, permítelo.









SC. 2 de abril de 2009

lunes, 2 de marzo de 2009

Buscando la inspiración atrapada en el tiempo....

Amor contemporáneo


Sé que me prestaras tu iPod
-para calmar la ansiedad
versus la impaciencia del
control remoto que tendrás entre tus manos-.

Sé que guiñaras un ojo
con tu acento gringo inevitable,
y buscaras la palabra perfecta
para decirme :
“Darling, uno momento por favor”.

No sé si es amor contemporáneo
soñar con utopías,
pero sabes,
quiero volver a despertar
con el amor
-mayúscula-
en mis poros.
Podrás acariciarlos
con tu iPod
o con tu diccionario
electrónico;
Sólo preocúpate
de regresarme ese
amor del siglo XX,
aunque digan
que somos extemporáneos.

sábado, 7 de junio de 2008

INTENTOS


Los versos que podrán leer a continuación forman parte del poemario Intentos de Silvia Rózsa que, hace un año, recibió la primera mención de honor en un concurso de poesía realizado en Santa Cruz.


1.-
Te escurres,
mi mano no te descubre
te explora
te contempla
te susurra.
Emigras
hacia lo infinito
donde mi mano te alcanza
para decirte adiós.

2.-

Tu coraje
ronda sin tregua
los laberintos
de la piel
sobre los azules y los pardos
hasta despertar en lo infinito
rodeada de melodías que
musitaran esa nueva
alborada.

3.-

No vendrás
y no iré.
Mi norte está en el centro,
centro
que desgastas
que carcomes,
sádico presente
masoquista futuro.

4.-

Lloré tu beso
que arranca soledades
sin tregua
y deshoja el otoño
de las calles.

5.-

Mis ojos desnudos
rinden homenaje
al silencio que remueve la nostalgia
de guerras tribales
de copas vacías
de sábanas imaginarias
de prólogos sin acuerdos,
en la nada,
en el vacío.

6.-

Soy y no,
errante eclipse
incrédula primavera.
fábula de tu historia
Es ingrato quejarse.


9.-

Se apagaron las luces
y las gotas inmóviles
en tus mejillas
se detienen por los aplausos y
las risas ajenas al atuendo
Ahora, frente al espejo, estás tú
con la soledad que recorre
tus pestañas hasta
la próxima función.

10.-

Aferrada
a mi huerto seco
tras la tempestad de los mortales
siembro tu nombre y el mío
dispares, lejanos.
Con mi puño dibujo la incógnita
del desagüe de tus labios y la
comisura de los míos para creer
en el oasis.

jueves, 22 de mayo de 2008

Carta a Jorge Rózsa

Pedro Shimose

Querido Jorge: Tengo una deuda con vos, Jorge Rózsa, porque, en vida, no supe comprender lo que hacías en Santa Cruz. Recordarás que cuando nos conocimos en La Paz, en los años 60, yo no supe prestarte la atención que merecías. A pesar de las presentaciones, vos eras un desconocido para mí y yo era un desconocido para vos. Desde el diario Presencia, apenas di noticias de tu inmenso trabajo en Santa Cruz; créeme que lo siento.
Hoy trato de dialogar con vos –diálogo de ultratumba– para contarles a los jóvenes bolivianos lo que significaste y seguís significando para Bolivia.
Naciste en Hungría con el nombre de Gyorgy (Budapest, 13/04/1923) y moriste en Bolivia (Santa Cruz de la Sierra, 13/04/1997) como Jorge Rózsa. ¿Qué tiene esta tierra que te atrapa y te cautiva para siempre?
Llegaste a La Paz, hace 59 años, miembro de una misión francesa, para estudiar a los indígenas del altiplano, pero conociste Santa Cruz y esta tierra generosa te sedujo con sus lindas peladas y su ritmo existencial pachorriento; con sus calles, sus arenales, sus carretones, sus patios coloniales, sus hamacas tendidas bajo el alero de las casonas solariegas y sus largas siestas de las tardes soleadas.
Pronto, muy pronto, te diste cuenta de que algo le faltaba a esta tierra acostumbrada al ‘dolce far niente’, a la vida plácida, a las tertulias amables, apoltronadas en los corredores de las casas, al atardecer. No te comprendieron, entonces, y tu lucha contra la desidia y el conformismo, contra el ‘no hay nada que hacerle’ y contra el ‘no se puede’, fue titánica y casi solitaria.
Venías de las vanguardias europeas, en una época sombría, devastada por la Segunda Guerra Mundial. Te adaptaste al medio ambiente para cambiarlo; le diste un meneo y lo transformaste con talento, humildad, paciencia y mucho diálogo. El teatro, la arquitectura, la pintura, la escultura, la enseñanza y la difusión de las ideas estéticas desde las aulas de la Universidad Gabriel René Moreno fueron diferentes después de tu magisterio ejemplar. Si no, que lo digan Tito Kuramotto, Carmen Villazón, Herminio Pedraza, Olga Ribera y Marcelo Callaú, tus discípulos aventajados.
Atrás quedaban tus experiencias vividas en Budapest, París y Roma. Escribiste un libro sobre El Greco y ocho obras teatrales (dramas, farsas y sátiras). Cuatro acaban de ser publicadas bajo el título de El teatro de Jorge Rózsa (Santa Cruz, edit. El País, 2007), con una portada diseñada por tu hija Silvia y un prólogo escrito por Peter Lewy, uno de los muchos actores que vos formaste y que te siguen admirando y queriendo; vos lo sabés. Lewy, por ejemplo, ha hecho la mejor síntesis de tu vida: “Trabajó en todo y de todo; fue arquitecto y pintor, músico y poeta, político y filósofo, e hizo del color y las formas una constante, dejando huella imborrable en todos los que lo conocieron”.
Creo que el mejor homenaje a tu obra teatral sería reponerla para que las jóvenes generaciones descubran, en ella, al gran escritor que eres. Por el momento, algo está haciendo tu hija Silvia. Con amor y desvelo, Silvia ha reunido 26 óleos, 4 aguadas, 6 dibujos y 1 acuarela. Esta pequeña muestra de tu arte se exhibe en el salón Constitución de la VIII Feria Internacional del Libro, en los recintos de la Fexpo de Santa Cruz, hasta pasado mañana, domingo 3 de junio.
No te la perdás, Jorge Rózsa, te juro que se trata de gran arte. De sobra lo sabés. Aquí la corto, porque se acaba el espacio, ese espacio que nos separa en la delgada línea del tiempo que algún día nos unirá para seguir charlando. // Santa Cruz, 01/06/2007.